He caído en algo que me deja perplejo, pues cinco años escribiendo un libro,

libro ya publicado y nunca te he escrito un poema, Federico.

Yo que he escrito a mares, parejas y corazones rotos pero nunca a ti,

poeta granadino pero con Madrid en el corazón. Poeta con alma de músico y corazón de escritor.

Y si, te llamo Federico porque me lo permito,

porque he pasado incontables horas bajo tu estatua de Madrid, porque te llevo flores cada 5 de junio y cada 18 de agosto.

Porque he leído todo lo escrito por ti y sobre ti.

Porque tengo fotos tuyas en mi pared como si te hubiera conocido,

porque cuando se hundieron las formas puras bajo el cri cri de las margaritas lloré porque comprendí que te habían asesinado.

Porque estuve en el congreso del año Lorca y aprendí más sobre ti, porque el sueño va sobre el tiempo

y mi tiempo lo pasaré entre tus versos, tus diálogos y tus escenas.

Te dejaron las alas en su sitio y volaste bien, demasiado pronto

pero aún nos quedan los sueños

y nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño